Así ha dicho Jehová: Maldito el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová. Jeremías 17:5.
Este es uno de los versículos más malinterpretado de la biblia. Muchos se basan en este versículo para decir que no hay que confiar en nadie. Es obvio que debemos confiar en Dios más que en cualquier otra persona, hasta más que nuestros padres.
Pero, cuál es el contexto de Jeremías 17:5?
Al momento de leer un versículo de la palabra de Dios, debemos saber cuál es el contexto, es decir: Quién escribe, a quién escribe, por qué escribe, en que tiempo lo escribe, leer versos anteriores y posteriores, etc. Cuando no se toma en cuenta esto, entonces no hay lectura comprensiva.
En primer lugar, notamos que Jeremías expresa lo que dijo Jehová. «Maldito el varón que confía en el hombre…» Estas palabras fueron dirigidas al pueblo de Israel, aunque en su aplicación práctica nos incluya a nosotros. Debido a que el pueblo de Israel cuando estaba en guerra con otras naciones, antes de acudir en busca de Dios, iban a buscar ayuda a otras naciones paganas, como Siria, Asiria y Egipto.
Por lo antes explicado, es que el versículo dice: «Maldito el varón que confía en el hombre…» También se debe saber que la mayoría de los reyes de Israel que estaban en ese entonces, se volvían a la idolatría. Por eso Dios le da esta palabra como sentencia.
Confía en Dios primero…
No confiar en Dios trae como resultado lo que continúa diciendo el versículo: «Pone carne por su brazo, y su corazón se aparta de Jehová».
La moraleja de todo esto, es que cuando estemos en problemas o en cualquier situación de nuestra vida debemos de acudir a Dios antes que cualquier otra persona. Pero esto no quiere decir que no puedes confiar en tus padres, familiares, pareja, amigos, etc.
Solamente debes de respetar y obedecer el orden de prioridades. Confía en Dios primero.